Esta idea la saqué de un libro, aunque mis primos de Asturias y yo hemos jugado juntos a esto desde muy pequeños (solo que en lugar de piratas éramos espías).
En principio consiste en realizar un mapa (utilizar papel marrón, de bolsa de papel o similar, ayuda a darle aspecto viejito). Se organiza una auténtica búsqueda del tesoro. Hay que hacer una fiel, aunque fantástica, recreación de la casa. Se esconden cosas en ella y se marca con una "X" en el mapa ("la X nunca marca el lugar"). Dependiendo de lo pequeños que sean los niños, el mapa debe ser más fiel o menos. Cuanto más pequeños, más detalles. El mío, con tres años, necesita que le dibuje el sofá y la tele en la isla de los salones de Calipso, para identificar el salón de casa. Si es más mayor, sólo con el nombre de la isla se dará cuenta.
Yo he comprobado que es importante que haya premio si se encuentra el tesoro. Ya sea una moneda de chocolate, una canción pirata de victoria o una moneda de céntimo que guardará en su hucha, el premio de encontrar un tesoro debe ser tangible.
Es un juego tremendamente educativo, porque enseña y potencia un montón de cosas:
Es un juego tremendamente educativo, porque enseña y potencia un montón de cosas:
1.- Mejora la capacidad de abstracción del niño, que le permitirá en un futuro resolver complejos problemas.
2.- Mejora la habilidad espacial, identificando lugares, direcciones, plantas y alzados (según cómo quieras realizar el mapa), tan útil para jugar al GTA y no perderte, o indicar a su futura mujer cómo llegar a la calle del Cristo consultando un plano turístico.
3.- Si el mapa se realiza en equipo padre-hijo, potencia la creatividad, ejercita la realización de grafías (tan importante en Infantil).
4.- Cuando los niños son más mayorcitos, las indicaciones del mapa se pueden poner en otro idioma, lo que mejorará y ejercitará de forma divertida su vocabulario, y además será más fácil de fijar en su memoria, ya que asocia la palabra a algo que conoce bien.
¡En fin, es una actividad tan divertida como completa! Que lo paséis bien, yo-ho!